domingo, 9 de junio de 2013

La metástasis de la empresa: el rumor


En uno de mis últimos posts “La escucha activa: clave para una comunicación efectiva” hice mención al rumor, del que decía se origina como consecuencia de la mala comunicación, la interpretación subjetiva y, en ocasiones, la invención.

Aunque así ocurre en cualquier contexto, en el empresarial el rumor surge como consecuencia de la incertidumbre creada entre los empleados, cuando estos no tienen suficiente información de lo que está ocurriendo y tratan de encontrar una respuesta para montar el rompecabezas que necesitan entender.

El principal riesgo de pretender interpretar la realidad que a uno le rodea es que voluntaria o involutariamente tratamos de atar cabos o de inventar las posibles uniones entre ellos con el fin de dar sentido a dicha realidad. El resultado no es más que la propagación y creencia cada vez más firme de un rumor que nadie va a verificar ni comprobar que sea o no cierto. ¿Por qué iba a hacerlo si es lo único que le ayuda a dar sentido a algo que antes no tenía?

Si nos fuéramos a investigar la causa inicial de cualquier rumor en la empresa observaríamos que éste aparece en aquel lugar donde la comunicación formal no está siendo bien gestionada, clara ni trasparente. La ansiedad y el miedo que generan ciertas situaciones, en las que además la información no ayuda, son motivos suficientes para que no tarde mucho en aparecer un rumor.


El mundo del rumor no es sencillo de entender. Como en todo, la casuística puede ser variopinta. En ocasiones, el rumor es un fabuloso canal en el que plasmar los sentimientos personales del creador o difusor del chisme sin que nadie tenga que percatarse o entender la existencia de tales sentimientos. El empleado que siente insatisfacción por algún aspecto de la empresa, compañero o jefe puede incluir fácilmente esos sentimientos en el rumor que se haya generado, siempre y cuando encuentre un nexo entre el objeto/sujeto de su inconformismo y el motivo que originó el rumor.

Personalmente creo que el rumor existe siempre en cualquier organización, pero está en nuestras manos, como gestores de comunicación y personas, el que los rumores sean casuales y esporádicos o por el contrario inunden nuestros pasillos y despachos.

Hay que ser conscientes de que el rumor impacta e influye en la organización y en el equipo humano generando desmotivación, mal clima y pérdida de confianza y, aún peor, siendo fácilmente capaz de llegar al cliente externo e hiriendo la reputación de la empresa.


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